Los 15 Días de Navidad (excerpts): Día de los Inocentes

Hay que ver con el sentido de humor de algunos. 

         Hace unos 2.000 años  en un pueblo llamado Belén, la ciudad de David, nació un niño al que llamaron Jesús y que llegaría a ser de mayor, entre otras cosas, la mesías.  No está mal.  A pesar de proceder de una línea sanguinea de lo más real, vio la luz del día por primera vez en un humilde pesebre rodeado de sus padres (por supuesto), un montón de animales, unos cuantos pastores despistados y un coro de ángeles.  Serían estos últimos, digo yo, los que más dilatarían que algo poco habitual sucedía dentro del establo.

       Ahora bien, la historia del nacimiento de Jesús está llena de pequeños desperfectos, cuando no contradicciones, cosa normal teniendo en cuenta que la narración de esa parte de su vida fue seguramente inventada en su totalidad, según los expertos (incluso los más creyentes).   Triste, ¿verdad? sobre todo cuando te das cuenta de que este capítulo es lo que más nos gusta a los humanos.  Es humano.

        Una de las incongruencias dentro de la leyenda, digamos, se trata de la estrella, puesto que fue una señal clara que guió a todo el mundo hacia el lugar sagrado, hasta los reyes de tierras lejanas.  Curiosamente, este astro se escapaba de la vista del Rey Herodes y sus seguidores.  Anda que ese hombre no tenía medios, sin embargo, no fueron capaces de juntar cabos y determinar donde estaba Jesús. 

         El caso es que tarde o temprano Herodes se enteró de que sí había un bebé que amenazaba con ser rey de reyes y eso le sentó bastante mal al monarca, por tanto empleó una política de limpieza infantil de unas dimensiones espezulnantes.  Sabía que era un recién nacido, pero para asegurarse, el muy majo se cargó a todos los niños de menos de dos años.  ¡Qué majete!

         En España, cada 28 de diciembre, se conmemora este acto de infanticidio de un modo curioso y, hay que decirlo, poco habitual: se gastan bromas…del tipo de pegar una hoja con las palabras “Dame una patada” en la espalda de otro que no sospecha nada.  En realidad en España es un monigote de papel lo que se usa.  La razón por las burlas se debe al nombre de la fiesta, el Día de los Santos Inocentes, o Día de los Inocentes.   Yo creo que tengo un buen sentido de humor pero reconozco que al principio me costaba apreciar la gracia de reírse mucho en una jornada dedicada a la muerte de Dios sabe cuántos niños y bebes a manos de unos soldados armados con espadas y lanzas, pero cosas más extrañas he visto en este país.  Los medios de comunicación a menudo se suman al espíritu del día mediante artículos y comunicados que informan de cosas absurdas pero lo suficiente plausibles para ser creíbles, sobre todo si la víctima aún no ha tomado su primer café.  

        Bueno…va a ser esto mi último post durante dos semanas, que voy a Estados Unidos pasado mañana a escribir un reportaje sobre los ciudadanos más famosos de mi ciudad natal, con entrevistas y todo.  ¡Promete ser un emocionante!

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