Un Día en el Campo 4

A poco tiempo llegó Javier.  Inspeccionó los resultados de la poda, asintó y dijo que nos fuéramos que ya iba siendo la hora de comer.  Recogimos las ramas y las metimos debajo de una parilla maciza que tenían al lado de la piscina.  Luego subimos al coche y salimos del pueblo, pero no sin parar para conocer otro proyecto de Javi.  Era un solar que su padre tenía y que se había quedado abandonado desde su muerte, así que mi amigo se dispuso a resuscitarlo y ya tenía un huerto en plena infancia pero con gran futuro eso sí.  Yo volví a ofrecer mis servicios para otra ocasión. 

          Cogimos una carretera nacional y salimos de la provincia de Cuenca para entrar en Toledo.  En una cuestión de 15 minutos ya estábamos invadiendo las primeras calles de Corral de Almaguer, donde Javi y su hermano tenía sus viñedos.  En septiembre había ido con mis hijas a vendimiar unos cuantos kilos de airén, la uva blanca por excelencia en la Mancha.  Poca respetada hoy en día, hace pocos años su presencia era tan ubicua que llegó a ser la vid más plantada del planeta…y solo se plantaba en La Mancha.  Vamos, se ve que es una zona vitivinícola de enormes dimensiones. 

          En Corral de Almaguer efectuamos otro stop en una pequeña pandería con la parte inferior de la pared exterior pintada de azul añil, el color clásico de estas tierras.  Compramos pan, pan de pueblo, un poco de queso de la zona (un capricho mío), un par de cervezas y una bolsa de patatas fritas…un maridaje legendario en el aperitivo español.   Ya estábamos listos.  Ya estábamos preparados.   

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