A petición de una lectora, y expresada con toda la razón del mundo, me comprometo a escribir más a menudo en español, pero no solo porque me lo pidan, sino porque me gusta hacerlo. Lo que pasaba era que habia entrado en unas historias que tenían más sentido en inglés…supongo.
Es tarde y el Papa se ha ido…pero más importante aun, se han ido casi todos los peregrinos que venían a quedarse en los colegios. Ha sido una experiencia internacional extraordinaria que ha emocionado a todos los que la hemos vivido en persona. Pero ahora todo parece agosto otra vez, y otra vez parece todo agosto. Agosto se parece a todo.
Para celebrar el descanso, me fui al kiosko y compré tres periódicos, El País, El Mundo y el ABC, y me dirigí a un bar para realizar una de las actividades más relajantes del mundo: leer la prensa en una cervecería. Soy un hombre digital, hecho de dígitos que me unen con el cibermundo. Me dedico horas y horas delante de una pantalla porque allí puedo acceder a mi presente y a mi pasado y muy de vez en cuando, muchas veces sin que lo sepa, a mi futuro…futuro, futuro mío.
Los tres son legendarios en la sociedad y cada uno tiene una línea. El Mundo y el ABC son más afines si solo porque sus lectores coinciden en su odio hacia el País, sus lectores y el partido que representa, el PSOE. Pero también son diferentes. Pero más allá del planteamiento político de cada uno, yo disfrutaba de leerlo en el ambient de un bar. De oír a los camareros servir a los clientes, de escuchar a los comentarios de la gente, a la televisión puesta en el fondo…Pero sobre todo, disfruto de tocar el periódico, de frotar el papel granular, de escuchar el ruido del papel mientras cambio de página, de colocar bien el diario bien sobre la mesa, elegir un artículo y decir “Esto es interesante. A ver qué pone.”
De tomar sorbos de café o de vino tinto mientras me adentro en lo que estoy leyendo. En España me enseñaron a descubrir una parte de a vida con cumplir este simple ejercicio. Os la recomiendo. Buenas noches.
