Bueno…pido mil disculpas a unas cuantas personas que están a la espera de que siga escribiendo con el fervor de siempre, pero es que no sé qué pasa con estas fechas, estas fechas que tanto me gustan que no soy capaz de hacerme con todo lo que tengo. Encima tengo una tos que va y viene como le da la gana. Es de lo más curioso. Dejó de molestarme el viernes por la tarde, se fue por ahí todo el fin de semana, dándome la sensación de que no iba a volver jamás, y llegan las nueve y vuelve. No me lo explico macho.
En fin, ya el otro día conseguí cambiarme de móvil después de varios días deliberando sobre el tema. Más o menos lo tenía decidido porque el tipo en la tienda me recomendó una marca que no conocía, resulta que es ampliamente famoso en todo el mundo, y tenía mis dudas. Iba a ser mi primer táctil y no quería meter la pata. Siendo un consumidor sabio, no acepté y me fui a casa a estudiar mis opciones. En general le daban una nota más que aceptable sobre todo para “first-timers” como yo. Aun así, no estaba del todo convencido, nunca lo estoy, y fui a la tienda de todas formas con la clara idea de informarme más. La dependienta, esta vez era una mujer, me habló de otras opciones que me iban a ayudar a parecer un hombre internacional y formal. Uno moderno, macho y con clase. Pero desafortunadamente, no le quedaba ninguno de las opciones que elegí. Tenía ganas de chapar ya que eran las ocho y media, no quise insistir. El mundo de la actualización se había atascado.