4 de Agosto
Está claro que nadie quiere estar en una ciudad en crisis así que todos huyen de ella y se van de vacaciones. De no ser por mi puesto como vigilante de la capital, habría hecho lo mismo. Entre mis numerosas responsabilidades está la de preguntar a los otros vigilantes de vez en cuando cómo les van las cosas. Luego saco mi libreta y apunto sus respuestas. Al principio escribía sus contestaciones completas, pero pronto me di cuenta de que todos decían lo mismo, por tanto decidí crear un cuadro con respuestas y ponía un tic al lado de elección apropiada. Aquí están:
□ Normal
□ Bueno…tirando
□ Regular, amigo
□ Jodido
Y a los vigilantes que también poseen tiendas y bares, hay otra lista:
□ Regular
□ Flojo
□ Fatal
□ De puta pena
A veces cambio el estilo y les pido que me den una valoración de 1 al 5, 5 siendo la mejor, es decir, muy mal y 1, siendo la peor, acojonado. Lo que apenas se oye es un tibio “bien” siquiera; y un “genial” no os cuento. Es una palabra casi en desuso.
El dueño de la terraza que me responde generalmente tiene a sus espaldas el local lleno y me pregunto cómo le irían las cosas en momentos de bonanza. Pero algo debe de haber. Algo. La crisis es omnipresente y sin embargo se oculta tan bien que es difícil detectarla de primeras. No conozco personalmente a una persona en una situación límite, sin embargo, como toda buena leyenda urbana, conozco a muchos que sí conocen a gente que va fatal. Hay mucha gente sufriendo por ahí, me dicen. Mucha. Y me lo creo. Pero este sufrimiento debe de ser cómo un cáncer, en el sentido de que nadie quiere hablar de él, como si fuera una humillación. La gente no muere de cáncer. Decimos que estaba enferma o simplemente muy mal durante mucho tiempo. El desempleo se ve como algo sucio que quita la dignidad de una persona. Los medios se limitan a hablar de números, que siempre es más fácil.
Para inspirarme un poco y sentirme aliviado, fui a la tienda Tiger para comprar tres detalles para la casa. Tiger es la tienda de moda porque es barata y tiene productos con más estilo que en un chino, por ejemplo. Es danés, y ese toque nórdico le permite triunfar. Estas tiendas son mis mayores debilidades. No me llevo todo porque me da vergüenza y porque no tengo coche. Entro con la firma convicción de salir con algo…sea o no necesaria. Para que te hagas una idea, ni me acuerdo bien lo que compré algo final. A ver.
Me iba a llevar un kit de primeros auxilios, buena pinta, pero tenía casi todo lo que ofrecía en casa ya, así nada. Pero sí compré unas tiritas. Me llevé una cestita para los calcetines de una de mis hijas, un marco para un pequeño cuadro que compré en Nueva York…no queda mal, y un bote de jabón líquido en forma de un limón. Visualmente ayuda a que todo huela bien. Y todo por unos 8 euros.
Las mujeres siempre dicen que las compras sirven de terapia y estoy de acuerdo. Durante unos minutos me he sentido cómo si todo nos fuera a ir bien.
Hemos vuelto a ganar una medalla. Otra vez Mireia Belmonte, que ya tiene en su haber el 67% de las medallas de España de esta Olimpiada.
Oro: 0
Plata: 2
Bronce: 1
Hace sol. Hace calor, pero con un máximo sensiblemente menor. 33º.