El euro sigue vivo. Eso parece ser. De momento. Todos, menos el inglés, que a mí me da que aún no ha elegido un lugar favorito para suicidarse, porque de ser así, no estaría viendo la vida con una actitud tan negativa, piensan que va a sobrevivir. Lo dicen todos, menos cuando dicen que hay que estar preparados para cuando desaparezca. Yo me siento un poco confuso, hay que reconocer. Además, las comunidades autónomas que están luchando por no hundirse del todo, anuncian que no van a lograr sus metas presupuestales. Lo anuncian con tiempo para que nadie se engañe. Para que se no haya engaños, vamos.
Fui por la tarde a la biblioteca del Museo Reina Sofía para verla por primera vez, pero ni pude porque estaba cerrado. El Reina Sofía cierra los martes. Es verdad. Lo hacen para que no todos los museos cierren el mismo día, de cara a los turistas. Normal. Han subido un 7.1% este año con respecto al año pasado. Dicen que lo hacen por los bajos precios, cosa que no se explica, porque los precios no están tan bajos. Han subido un 81% en diez años. Y dicen que vienen a pesar de la crisis, cosa que tampoco entiendo porque todo el mundo me dice que tiene miedo a venir a España porque piensa que les va a violar en la calle por culpa de la crisis. Que no hay dinero y por eso la gente viola.
Eso han dicho. Lo de los extranjeros. Dicen que el turismo forma un 10% de la economía. La semana pasada formaba un 16%. Los dos de fuentes fiables. Una será más de fiar, digo yo. El caso es que el mercado recibió esa buena noticia con una bajada de 2.7% Dicen que lo hacen para cosechar los buenos resultados de los últimos días. Alguien ha ganado dinero, deduzco. Me alegro.
Como no me quedaba otro, fui hasta el Museo de Antropología, que se encuentra enfrente de la Estación de Atocha. Atocha tiene la curiosidad de tener una torre de ladrillo muy alta con un reloj arriba de todo. De día se ve de maravilla, pero de noche, no se ve nada porque pusieron unos focos muy fuertes justo debajo que iluminan hacia el suelo. Bloquean la vista al reloj. Es así. Nunca lo han cambiado. También murieron muchas personas en un atentado hace casi 10 años. Hace cinco se celebró el quinto aniversario. Fui por la tarde pero no había nadie.
El Museo de Antropología cuesta 5 euros (500 pesetas). Hoy es un museo dentro de un museo, porque todo lo que ves más o menos es cómo nuestros bisabuelos visitaban un museo. Dedican casi el primer piso entero a Las Islas Filipinas. Nos enseñan muchos vestidos, muchos ajuares, y bastantes instrumentos. Luego hay una pequeña sala que habla del Budismo y el Islam.
La única sala que me interesaba, era la colección original sobre la anatomía humana. Exponían muchas cabezas encogidas que personas de tierras lejanas. También una docena de máscaras de la muerte de hombres, solo las cabezas, y otra de una mujer, con sus tetas también. ¿Sabes que la palabra “teta” no está admitida en mi programa? ¿Ni “tetas”? Debe de ser una palabrota. O mal escrita. Según.
En fin, había un esqueleto del Gigante Extremeño, que vivió en el Siglo XX y medía2,25 metros. Eso es una barbaridad. Le metieron en un circo, que es donde se enviaba a ese tipo de persona. Por fin, tuve la oportunidad de observar de cera, pero muy de cerca, una momia. Dicen que creen que es un guache que estaba en una cueva en Tenerife. Aún estaban sus uñas, muy brillantes y pulidas. Yacía en una vitrina. A sus pies había lo que a mi me parecía un walkie-talkie. Tenía escrito con rotulador “MOMIA”, así que sabía que era de él.