Hace varios años yo pertenecía a un grupo de élite en el cuerpo de enseñanza al ser un profesor nativo de inglés con magisterio. Vamos, estaba más solicitado que George Clooney en Alegoría un sábado por la noche. Pero últimamente, con tanto extranjero consiguiendo el título universitario necesario pasar impartir clase, me he convertido en un chico del montón. Para colmo, este año estoy dando lengua española a chicos nativos del español. Hay que ver.
En fin. A veces pienso que más que instruir sobre morfemas deritativos, estoy enseñando morales delictivos. Veamos el ejemplo del primer tema, que se titula igual que este post. La unidad esta llena de referencias sobre cómo ver las cosas del lado positivo. Y para ilustrar semejante idea, incluye un extracto de la novela “Tom Sawyer” que habla de la famosa escena de la valla en la que el niño travieso consigue que todos sus compañeros hagan el trabajo por él, con el añadido que le regalan algo para poder hacerlo. En resumen, les estafaba, haciéndoles creer que estaban haciendo una cosa divertida (es decir, realizar una tarea que le correspondía a otro, sin cobrar) e incluso dar algo de propiedad a cambio. ¡Joder! Me dije. Como la mismísima vida aquí en España. Ya lo pillo. Es que llevamos todos estos años educándolos así.
Encima, Tom debería sentirse orgulloso de haber sido capaz de cambiar de actitud y convertir una situación desesperada, como puede ser tener que pintar una valla de treinta metros por dos metros de alto, en un éxito total, palabras textuales, mediante una genialidad llamada “la picardía”, española, añaden algunos con orgullo. Solo al final se nos invita a reflexionar y decir si Tom lo podía haber hecho mejor. ¿En qué sentido? ¿Ayudar? No me jodas. ¿Qué te parece si cumple el castigo solito, en vez de conseguir que sus amigos lo realicen por él (con numerosos beneficios materiales)? El problema es, la mayoría de las estafas, siempre que estén bien hechas por supuesto, son genialidades.
Pues nada. Dentro de 30 años cuando uno de mis alumnos se encuentra delante de un juez declarándose inocente ante las acusaciones de haber embolsado 33 mil millones de euros de los contribuyentes para comprarse un chalet en los alpes, un bungalo en Bora Bora, por no hablar del asunto de unos amigos que tienen una constructora que acaba de hacer un aeropuerto en Cáceres, alegando que será el perfecto lugar para turistas que pretenden viajar entre Portugal y Madrid. Todos lo delitos han sido obras de arte, obras maestras, fruto de la imaginación y genialidad. Antes no tenía ni un duro, y acabó teniendo una fortuna. Antes de ser arrestado, por supuesto.
Ese mismo hombre dirá, “Pero, señorilla, en mi clase de profe Brian, me dijo que Tom Sawyer supo poner buena cara a mal tiempo.” A que reconocer que sería un alumno bien atento y aplicado.