La Edad de Piedra
Soy imbécil a veces, pero no soy tonto. Sé que pasaban muchas cosas en muchas partes del mundo hace millones de años y en ese sentido España no iba a ser menos. Es lógico que había seres humanos (o como poco homínidos) viviendo en la península ibérica mucho antes de que apareciera Escipión y su panda, pero si no pasas una temporada en este país, nada de esos detalles parecen ser importantes para el mundo fuera. Es como si España no existiera antes del acueducto de Segovia y el invento del cochinillo. Pues mal. Muy mal, porque ha habido hallazgos de suma importancia.
En los primeros años aquí cuando hacía aún menos de lo que hago ahora, pasaba unas cuantas horas al día en mi piso con unas colegas. Ellos trabajaban, o pretendían, trabajar en el mundo del cine y la televisión y, por tanto, solían disponer de mucho tiempo libre. Uno de ellos, Pepe, pasaba las horas esperando la llamada de su vida y elucidándome con cosas que mis estudios pobres en Estados Unidos habían omitido. Hablaba con una pasión que unos cuantos españoles hacen cuando narran la historia de su país. Informaba de todo tipo de datos, fechas, nombres, lugares, hechos y acontecimientos que marcaba el pasado de España. Y me dejaba a menudo con una impresión de que en alguna parte del sistema educativo de Estados Unidos algo había fallado seriamente.
Fue entonces cuando me di cuenta por primera vez (pero desde luego no por última vez) que había otro mundo histórico allí fuera. Un mundo que tantas veces se quedaba fuera, injustamente, de los titulares.
Por ejemplo, y solo por ejemplo: Atapuerca
Sobre un pacharán Pepe preguntó: “¿No sabes nada de Atapuerca?”
Yo, que estaba leyendo últimamente uno de esos fascículos que te regalaban en los dominicales (otra gran fuente de información que tristemente se está perdiendo en este país) sobre las diferentes fiestas de España, pensé que me hablaba de una de esas tradiciones precristianas que se celebraban en uno de esos pueblos donde un tal don Bernabé, que es y ha sido el alcalde desde hace tres décadas, no piensa claudicar ante la presión de los defensores de los derechos de los animales. “Ni por mis cojones.”
“No.” Respondí. “Pero seguro que en Arkansas hacen algo parecido, así que prefiero no saberlo.”
Sabía que Pepe me lo iba a contar de todas formas y posiblemente proponer que vayamos a verlo algún día. Ya conocía su entusiasmo y quería tranquilizarle un poco.
Se rio. “¡Nada de eso! Escucha.”
Resulta que es una pequeña sierra en Burgos se descubrió mientras se construía un ferrocarril una zona de restos antiguos pero, vamos, antiquísimos. Estamos hablando de hallazgos que datan más de un millón de años, mucho antes de la aparición de los homo sapiens que acabarían asando esos lechazos y esa morcilla tan rica, y menos mal hubo una evolución en este sentido porque, por lo visto, en esa época y, por lo menos, en esa comunidad, está confirmado que se practicaba el canibalismo.
Atapuerca es uno de los sitios arqueológicos prehistóricos más importantes del mundo. En él han descubierto restos de homo antecessor, el homo heidelbergensis e incluso el neandertal. Se ha hallado allí más de la mitad de todo lo que se ha encontrado de ese periodo de todo el mundo. Ni más ni menos. ¿Quién lo sabe fuera de este país? Casi nadie. Y no vayáis por ahí pensando que el internet ha cambiado eso. Yeah, right! Oigo la voz de Pepe ahora mismo. Ni de broma.