Hablar de Greenwich está muy bien, pero vivo en España y tengo que regresar más a menudo ya que está pasando tantas cosas. Además algunos de mis lectores están empezando a preocuparse por el país, pensando que está a punto de doblegarse y ser tragado por las entrañas de la mismísima Tierra, o por el Euro, o por Merkel. Vaya putada sería eso. Residir en la superficie toda tu vida para ser enterrado antes de tu entierro. Gracias a Dios, estamos todos aquí. Todos menos el autor de las crónicas sobre la Crisis enMadriden agosto. No sabemos nada de él desde los últimos días de ese mes. Aún estoy intentando encontrar las últimas entregas, si es que fueron escritos.
El país necesita un subidón de moral desde que la Unión Europea, o el Banco de la Unión Europea, o alguien más al norte con un huevo de dinero, no sé quien coño es, estaba prometiendo hacer las cosas mejor para nosotros…mucho mejor. Eso es lo que dicen por lo menos. Esto se traduce en dos posible desenlaces:
- Varias semanas más de diversión y ocio en las terrazas sin ninguna preocupación en el mundo.
- Todas esas personas que tienen un montón de dinero y que lo pueden gastar en la bolsa se han forrado en las últimas semanas porque el IBEX ha subido como mil millones de puntos desde que nos hemos enterado de que alguien va a salvar nuestro país, que a su vez salva a los bancos, que a su vez pasa de salvar a los clientes.
Y aparte de eso, la vida sigue…creo. Estaba hablando con un amigo el otro día y nos pusimos a hablar de la crisis porque es más o menos lo que hace la gente hoy en día.
Hablé de mi amigo el autor que había descrito con mucho detalle todo lo que había ocurrido y que luego desapareció de repente y inexplicablemente, “según,” como decía él. Y cómo las cosas iban a estar bien al final y cómo la crisis no estaba tan mal. Les dije todo esto porque me habían preguntado por cómo los americanos veían la situación en España, y les dije que creían que estábamos al borde de un colapso económico y social y que, por nuestra culpa, estábamos puteando la recuperación económica en su país. Por fin, pensé, hablan de nuestro país. Pero eso fue solo su opinión desde lejos y que cuando llegaban aquí, veían que las cosas no iban tan mal. Nada mal en absoluto.
“¿Que no van mal?” Me preguntaron incrédulos. “Van fatal. Van de puta pena. No es que España esté a punto de un colapso, porque ya se ha colapsado. Varias veces.”
“Trece según el autor,” especifiqué.
“Pero mira los bares. Y mirad las terrazas. Están hasta arriba.”
“Ya pero nadie está consumiendo.”
“El alcohol.”
“Pero eso no es todo. Antes la gente podía permitirse el lujo de salir a cenar fuera todas noches. Y ahora casi nunca se hace.”
No puedo creérmelo. Justo lo que decía el autor. Esas mismas palabras. Antes la gente desembolsaba 30, 40, 50, 60, y hasta 70 euros en cada salida. Y los restaurantes cobraban un 81% más de lo que se debieran. No es que se pudiera permitir el lujo. Pero se hacía y es por eso que no tiene un puto duro.
“Y qué me dices de Irlanda, joder?
“¿Qué pasa con Irlanda?”
“Pues que tenía una pinta horrible antesdelrescate. Madrid no se parece en nada a eso.”
“Eso es porque Irlanda siempre ha tenido esa pinta. Es una economía de mierda y disfrutó de un par de años buenos y se volvió loca. Pero era un espejismo. Y ahora van tan mal como siempre. Incluso peor. Ya podrían emigrar de nuevo.”
Desde luego me parecía una mujer bien informada en la historia. Y mejor preparada para informarnos de lo bien informada que estaba.
Ella prosiguió. “La gente en España sale todas las noches porque siempre ha salido mucho, aun cuando no teníamos más de dos patatas y una cebolla en nuestras dispensas. No tiene nada que ver con la crisis. La crisis existe y se está poniendo cada vez peor. No creáis que porque Madrid tenga buena pinta que estésana, porque no lo está. La gente lo está pasando mal por todas partes del país. Y lo peor está por llegar.”
“Pero en Irlanda…” insistí.
“Que les den a Irlanda.” Irlanda no es España y nunca lo será.
Vale…vale…vale…que les den a Irlanda.